domingo, 26 de mayo de 2013

A las 2 y a las 3

Siempre te quiero. Te quiero a las 2 de la mañana y a las 3 de la tarde. Entremedias tengo que tomarme un café para recordarme que no estás, pero hasta en ese momento te quiero. Te quiero de mañana en atardecer, en el espacio sin sentido entre segundo y segundo. Te quiero mientras las horas caen como losas de hormigón sobre mi, y me aplastan hasta que ya me doy cuenta de que toca dormir. Incluso cuando duermo te quiero, cuando el reloj va demasiado deprisa o cuando los segundos se hacen losas también.

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