No te haces a la idea de lo difícil que es perderte.
No estás acostumbrado a levantarte a tu lado;
no te fijas en ti, te fijas en las demás.
No te haces a la idea de lo difícil que es dejar de verte.
o dejar de buscarte.
O esconderme
y dejar de encontrarte.
No te haces a la idea de lo difícil que es seguirte.
Mantenerse de pie a tu lado.
Al otro lado del escenario,
o en el fondo
de cualquiera
de tus cajones.
No te haces a la idea de lo difícil que es escribir.
Conseguir que cada palabra pegue.
Que el lector
te lea con las pausas que pides
y el sentimiento
que regalas.
Pero conseguiste que te perdiera;
conseguiste que dejara de verte,
y conseguiste que escribiera.
Con todo esto,
solo podía esperar
que tu defecto
fuera ser imposible.
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