Tienes los cuatro misterios
dibujados en tu cuello
y cuando los miro
tú me preguntas qué.
Y yo digo.
Yo digo que tienes la ley de dios
en los surcos de tu piel al sonreír.
Yo digo que está aquí
apoyada en tu espalda
la cura de la vida,
el color del sol cuando brilla,
el de la luna escondida
y las manos de mandarina.
Yo digo que aquí está el amor
de los equilibristas.
El dolor de la tristeza vacía.
Tienes los diez mandamientos
escurriéndose entre tus dedos,
tienes el cielo en el olor de tu pelo.
Eres el sabor de cada beso
de cada extraño
inexpresivo
insípido
aséptico
a tu lado
irrelevante en mi corazón
que sólo piensa en tus hoyuelos.
Y tú me preguntas qué.
Y yo sólo pienso que te quiero.
(y gracias a dichosa Lucía López De Aragón Olesti por labor investigadora)
No hay comentarios:
Publicar un comentario