El pecado de la carne
y las piernas
y el hambre.
La boca ansiosa
y el miedo al enjambre,
la mirada tediosa,
el sabor a sangre.
La falta de arte.
El mujer contra mujer,
lo evidente y lo indescifrable,
lo reflejado,
el somos iguales,
lo mío es tuyo y todo a mi lado,
mi amor en tu pecho,
mi cabeza en tus manos.
Mi vacío en tu abrazo.
Mi desvío regalado.
La punta de mis dedos
en tu rostro
acariciando.
Tu pintalabios
en mi pintalabios.
El tacto de tu pelo
y el marrón castaño.
Veinte años escondida.
Terminemos los armarios.
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