No sabes todo lo que quise
decirte
y todo lo que me callé.
Te eché de menos,
te echo
y te echaré.
Como siempre, soy de
repetir-
me
todos los días.
Y no quiero volver
a sufrir otra vez.
Me lleno de heridas
mientras tú
te sacudes el polvo
de las palmas
de las manos
y me miras con suficiencia
y te ríes hacia fuera
y me escupes en
la cara
y me recuerdas
cada
corte.
Y no sé cómo estás
por dentro
ya sabes que yo siempre
me creo lo que
me da miedo
y nunca confío
cuando me dicen
"te quiero".
Y yo siempre que lo digo
lo convierto en mi rezo.
No sabes todo lo que quiero
decirte
y todo lo que jamás diré.
Algunas heridas
no tienen precio
y algunas noches
recordaré lo que era
tener un sitio donde
reposar
en silencio.
Seguiré respondiendo silencio
hasta que silencio sea lo que quede
y nada
me saque del sueño
de los domingos.
Pero hoy,
hoy no me acuerdo.
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