martes, 9 de abril de 2013

Echar de menos

Echar de menos es de las peores sensaciones que existen. Ese vacío de lo que hubo, de lo que no o de lo que nada fue cierto. Echar de menos consume, aburre y sobretodo te hace perder el tiempo, el alma y la paciencia. Echar de menos es un auténtico vicio. Engancharse a un pasado que existió o que nunca lo hizo, una realidad que fue tuya o real. Echar de menos como rutina vacía. Llega un momento en el que no sabes si echas de menos a la persona, a lo que fuisteis o a lo que pudisteis ser. Echar de menos consiste básicamente en vaciar tus pensamientos sobre una persona que no te dedica ninguno. Digamos que los humanos no estamos hechos para estar solos, y echamos de menos por miedo a la soledad, por miedo a no encontrar nadie que llene el hueco. Acostumbrarse al cambio es lo único que te puede hacer seguir. El cambio es el motor de la vida, el camino hacia la muerte. El cambio da miedo, pero el miedo está permitido, ser cobarde no. Echar de menos es de cobardes. Mirar atrás sólo va a hacer que te marees. Así que sal ahí fuera y empieza de nuevo, en realidad todo lo que necesitas lo llevas dentro.

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