lunes, 8 de abril de 2013

Historia de una sonrisa.

Esta es la historia de una sonrisa que nació sin motivo y murió porque lo perdió. Puede sonar cursi o exagerado, pero nosotros somos nuestra sonrisa, más bien lo que se esconde tras ella. Esta sonrisa encontró un motivo para ensancharse, y tanto lo hizo que se convirtió en su porqué y en su razón de existencia. Esta sonrisa era muy feliz. Se le notaba en los ojos, en el destello que se abría paso entre la oscuridad de sus pupilas como una cortina. Era una sonrisa insaciable. Alimentada por su razón. Pero la felicidad, como toda droga, tiene sus efectos secundarios. La sonrisa sabe a vinagre y limón cuando se acaba la luz, cuando anochece. La sonrisa pasó de ser una muestra de lo que era a ser mi único soporte y contacto con la realidad, lo único que todavía me mantenía el corazón dentro del pecho. Un intento desesperado. Esta sonrisa se tuvo que convertir en una luchadora. Esta sonrisa cambió su significado para que nadie sufriese por su dueño. ¿Cómo puede convertirse una sonrisa feliz en una sonrisa de socorro? Cada sonrisa es un misterio único y personal. Sólo quien la esboza conoce su motivo. No existe mejor escondite ni mejor escenario.  Érase una sonrisa que nació de la nada, se cayó con su motivo y volvió con trabajo, abrazada a la esperanza. 

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