domingo, 26 de mayo de 2013

A las 2 y a las 3

Siempre te quiero. Te quiero a las 2 de la mañana y a las 3 de la tarde. Entremedias tengo que tomarme un café para recordarme que no estás, pero hasta en ese momento te quiero. Te quiero de mañana en atardecer, en el espacio sin sentido entre segundo y segundo. Te quiero mientras las horas caen como losas de hormigón sobre mi, y me aplastan hasta que ya me doy cuenta de que toca dormir. Incluso cuando duermo te quiero, cuando el reloj va demasiado deprisa o cuando los segundos se hacen losas también.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Todo ha cambiado. El mundo, el olor del aire. Los ruidos se hacen opacos. Las voces distantes. La vida se te escapa de las manos sin poder impedirlo. El dolor te la absorbe, el dolor de las cicatrices, de las caídas, de los labios sin besos. Respiras lo que te queda, que es nada. Te sientes caer desde dentro, cada trozo de ti precipitándose al vacío, sin poder articular ni un solo sonido. Sólo esperas a un descanso dentro del silencio, que es todo lo que te ha quedado. Ni siquiera cenizas, a ellas ya se las llevó el viento. Sólo un silencio vacío, con eco, limpio. No queda nada. Ni tú, ni nadie. Tampoco lágrimas. Entras en una especie de coma temporal, de saturación de tristeza, de arrollamiento por la situación. Tantos golpes te anestesian, y sólo eres consciente de una cosa, de que respiras. Es lo único de vida que te queda. Sólo respiras, cansada de sentir, privada de hacerlo. Pierdes el espacio, el tiempo. Sin darte cuenta ya es lunes y cuando vuelves a fijarte puede ser domingo o una hora después. Dejas de ser parte de tu vida para pasar a observarla. Y lo único, lo único que sigue igual, es que respiras.

domingo, 12 de mayo de 2013

Nada

Nada es todo. Todo es nada. Todo lo que tengo es nada. Todo mi esfuerzo es para no tener nada. Porque todo era nada. Porque ahora mismo nada es todo. Porque todo lo que tuve siempre fue nada. Porque lo que yo tomé como un todo, en realidad no era nada. Porque sigo teniendo nada, sólo que ya no me parece todo. Porque todo se convierte en nada y nada de convierte en todo. Porque nada es la realidad, y todo lo que soñamos. Porque cuando se tiene todo, solo se puede acabar teniendo nada. Porque todo no existe, y nada es real. Porque todo se siente, y nada se vive. Porque nada, puede; todo, nunca. Porque todo sonríe y nada te absorbe. Porque todo era nada, y nada es todo.