sábado, 20 de diciembre de 2014

Verme desde fuera
me está carcomiendo
la mitad del alma 
que no os molestásteis
en quemar.
Y huele a ceniza demasiado.
Y pasado,
me voy a acabar.
Quién quiso ponerse
17 pistolas apuntando al pecho
y regalar balas de repuesto
por si queda alguna viga
en pie. 
Quién quiso morirse
y nunca preguntó su porqué.
Nos falta amor.
Y por cada latido en vano
se apaga un corazón.
Ya os vomité hace tiempo, 
no sé qué hacéis
en mis sótanos de nuevo,
mis agujeros de en medio
y mis infiernos de hielo.
Imagínate un páramo
de papeles descubiertos.
Todos con su final escrito
y cerrados
de podridos.
Imagínate una poesía de hojalata,
escritura automática,
"buenos días y buenas mañanas",
imagina tragarme mi yo
dramática.
Imagina no ponerte el dedo
en la llaga, 
imagina cicatrizar sin que quede
ni una sola hierba mala.
Imagina cruzarnos
y no sorprendernos midiendo
los pasos
para que siempre sean paralelos.
Imagíname riendo.
Pierdo los papeles
y se me olvidan los versos.
Me estoy haciendo algo mayor
para todo esto.
Mírame desde fuera.
Olvida que te estoy escribiendo.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Que yo te quiero y
me encanta decir que te quise.
Sigo encontrándote detrás
de cada excusa para cruzar
dos veces
el mismo paso de peatones
suicidas.
Sigo con tanto pasado
presente en las pisadas
que disfrazo entre los colores
de la gente
que me he ahogado en un vaso
de aire.
Pum, así como así,
a esto se le llama noviembre
del año catapún de dentro
del tiempo que tarde en decir
que ya no eres
lo que eras.
tic, tac.
El reloj suena pero no se mueve.
Las manecillas dibujan
pero todo sigue inerte.
Y yo, ¿qué hago?
Biengasto mi tiempo,
mi ahora y descuido mis tejados
de tanto sorprenderme a mí misma
escribiendo versos empapados
de
ti.
Perdón, ya paro.
Lo siento.
Te echo de menos, 
debería irme a dormir,
o debería estudiar un rato
o beberme siete cafés y medio
brindando por ti 
y por suplicar respirar a tu lado.
Eres mi brindis de copas 
vacías llenas de promesas
por cumplir.
No tengo ganas de que aparezcas
a arreglar mis apaños de madera
sobre los edificios de agujeros
de escaleras.
Déjame dormir tranquila,
que me encanta como suena el
"te quise a mi manera,
y ahora mírame, que estoy —casi—
entera."

sábado, 1 de noviembre de 2014

Hoy venía a escribirte
y se me ha olvidado
que todo lo que te diga
jamás se igualará
a lo que esconden tus pupilas.
Seas lo que seas,
como sea y donde sea
me gustas
me gusta tu forma de andar
me gustan tus miradas al reloj
nervioso siempre 
porque el tiempo se nos va
y se nos diluye
pero no nos lleva con él.
El reloj te lo quité yo.
Y ya no sé ni qué hora es.
Qué más me da.
Existes.
Y eso es lo más importante
que puede recordar este mundo.
Pase lo que pase,
las personas que lo pasen,
el tiempo que nos espere,
siempre sabré cuál es la puerta
de mi casa.
Me encanta que no puedas leerme.
¡Es como decir te quiero
con la cara tapada del miedo
a que te respondan lo mismo!
Pero tú no me tapas la cara.
Me abres los ojos.
Mírate,
mírame.
¿míranos? 
Tú mandas,
yo espero,
tú no te olvides,
que yo no me acuerdo.
Me da igual el sitio.
Aquí sigue oliendo a nuestro césped
fugaz.
Me importa todo tan poco
que sólo quiero que me mires
y que te mires
conmigo.
Esta noche mi orquesta 
de poesía barata
firma todos tus mares
y todo lo que contengan extra
contigo.
Buenas noches, ya suena el bis.
Y yo me escondo en tus
delirios.

viernes, 17 de octubre de 2014

De tanto escucharos
os creí
y os entendí
y me miré
buscando unos ojos
que no fueran los míos
bajo ninguna circunstancia
me miré con ganas de vomitarme
de dejar de ser
yo
o lo que sea
que estuviese
caminando
por la tierra
con mi nombre. 
Os escuché y os di
la razón.
Era odiosa, 
y me merecía
un espaldarazo del mundo
un cabezazo en el pecho
y cuatro insultos al día
media hora sola en el baño
y silencio ofensivo
revoloteando por mi izquierda.
Sentí que lo merecía.
Y por eso hoy os agradezco 
que me haya considerado
el fin del mundo,
la niña sin alma,
la última de la fila, 
la tercera persona
y el nombre de la vergüenza.
Nunca os olvidaré
aunque olvidéis quién creíais
que era.
Soy yo, pero con tanto miedo
que lo he perdido.
Me queda tanto dolor
que ya casi lo he vivido.
Tantos ojos huecos
han coloreado mi piel
de color optimismo 
y presente.
Dicen que la libertad sabe
a sangre seca,
y eso es lo único que me queda.
Gracias por hacerme libre,
gracias por hacer que me odie
hasta llegar al extremo
de sólo poder
quererme.

domingo, 12 de octubre de 2014

oh my love,
for the first time in my life
my eyes are wide open

Ni Lennon va a sacarte de mi cabeza. Ni la cascada que sale de mi pecho sin ninguna dirección, la que te busca y no estás. Mi cabeza sigue señalando que son las tres de la tarde en un día lluvioso de Madrid. Pero hasta ella se da cuenta de que todo es mentira, todo es una ilusión, un escenario bien dibujado, todo menos tú. Repaso con mi memoria cada una de tus esquinas y cada uno de mis momentos de debilidad. Repaso e imagino y espero y te espero aquí acurrucada. Las montañas de ceniza que estaban empezando a crecer en la suela de mis zapatos se empiezan a esfumar. Mi vacío se hace pequeño con la más mínima esperanza de que tú, tu barbilla y tu abrazo vuelvan a posarse sobre mí. 

Y yo te espero. Y Lennon canta. 

jueves, 9 de octubre de 2014

Tu mirada sigue
encajonada
en el fondo de mis 
cortinas.
Te quiero.
Te necesito.
Es tan tarde
que nos van a dar
las muerte y cuarto.
Te quiero de vuelta
y te quiero a mi lado
de broma
o en serio
o llorando
o sonriendo
o gritándonos
silencio
por miedo a 
perdernos.
Te quiero conmigo
y te quiero más tuyo
que nunca,
te quiero sin mundo
y te quiero sin mí.
Tienes cansada 
mi memoria,
mis noches en vela,
mis días tachados
y tu jersey
está lleno de agujeros.
Es hora de que vuelvas.
Te espero en el fondo
de tu lejanía azul cielo.
Una vez más (por favor),
te quiero.

lunes, 6 de octubre de 2014

Ya no recuerdo
la penúltima vez 
que te eché de menos.
Está todo borroso
y clarificado
por el color de tu pelo,
el sabor de tu mirada
y las mentiras 
de tu sonrisa.
Tantas noches he gritado
tu nombre
sin voz del dolor
de tus abrazos
y tantos años
o días
horas
meses
de irracionalidad
estás tumbando a golpe de
ti.
Llegas como la ola de oscuridad
que me obliga a hacerme 
la viva
cada vez que me revientan
las pupilas
de lágrimas
rajando mis mejillas.
Y después de todo esto,
que no se te ocurra
dudar
que como te atrevas 
siquiera a dirigirme la palabra
me derretiré
como
la 
tinta...
Y firmaré mi 
decimoquinta
sentencia de muerte,
la primera que cumpla
su cometido,
me arranque del 
mundo de los vivos
y me haga mártir
silenciosa
de la poesía 
de tu espalda.  

lunes, 29 de septiembre de 2014

Cuando la oscuridad
llame a tu puerta
acuérdate siempre
de lo que te hizo luchar
en cada una de tus guerras.
Recuerda el color de tus ojos,
recuerda el olor de tu risa, 
recuerda los gestos
de todas las personas
a las que has entregado
tu vida.
Cuando quieras acabar,
termina
con
el dolor de unas paredes
sin cuadros
de unos botones
sin camisas
y de unas pisadas
sin zapatos.
Estás vivo,
y me tienes a tu lado.
Cuando decidas
que ya nada vale la pena
sonríe un poco
que ya no tienes nada
que perder
escuece un rato
derrama lágrimas si lo necesitas
y pide un abrazo.
Cuando decidas
que ha llegado la hora
de que el dolor termine 
su pacto,
punto y final,
espacio en blanco,
lánzate por el otro lado,
date la vuelta,
mira 
cada una
de las nubes
del cielo
mima
cada uno
de los momentos
de decir "te quiero".
Cuando quieras desaparecer,
olvídate de esa idea,
y espera a tu amanecer.

sábado, 27 de septiembre de 2014

Estoy harta de fingir
ser de hielo.
Estoy más derrotada
que nunca
en batalla de nadie;
ya no sé ni quién soy
de dónde vengo
ni dónde voy.
Donde las dan las toman
y yo solo quiero que me den
amor
que me quieran
y creérmelo
y querer
y estar bien.
No quiero seguir levantando
ladrillo
tras ladrillo
en un intento de hacerme creer
que soy infranqueable
y que nada es de verdad.
No quiero hacerme creer
que soy un barco
de cartón
hundido en el fondo
del mar
jurándome que allí 
sé respirar.
Ni el hare krishna salva
ni Dios te regala el perdón
por el que rezas 
de rodillas
cuando ya no encuentras
ni un adiós.
Lo único que existe
y la única solución
es el amor.

jueves, 18 de septiembre de 2014

No sabes todo lo que quise
decirte
y todo lo que me callé.
Te eché de menos, 
te echo
y te echaré.
Como siempre, soy de 
repetir-
me
todos los días. 
Y no quiero volver
a sufrir otra vez.
Me lleno de heridas 
mientras tú
te sacudes el polvo
de las palmas 
de las manos
y me miras con suficiencia
y te ríes hacia fuera
y me escupes en
la cara
y me recuerdas
cada
corte.
Y no sé cómo estás
por dentro
ya sabes que yo siempre 
me creo lo que
me da miedo
y nunca confío
cuando me dicen 
"te quiero".
Y yo siempre que lo digo 
lo convierto en mi rezo.
No sabes todo lo que quiero
decirte
y todo lo que jamás diré.
Algunas heridas
no tienen precio
y algunas noches
recordaré lo que era
tener un sitio donde
reposar
en silencio.
Seguiré respondiendo silencio
hasta que silencio sea lo que quede
y nada
me saque del sueño 
de los domingos.
Pero hoy,
hoy no me acuerdo.

viernes, 12 de septiembre de 2014

¿Cuándo termina
una rueda interminable?
Doy gracias 
sin escucharme; 
y de nada
y de todo
sin siquiera
girarme.
Hicimos de sobra,
matamos al diablo
y bajamos 
a Dios.
¿Qué hemos sido?
Nos creímos los dueños
de todo
y al final fuimos
engullidos
por nuestro propio
lodo.
¿Has visto al demonio?
Ya lo perdimos.
¿Me has visto a mí?
Si me encuentras 
devuélveme,
necesito un buzón 
donde lanzar
todas mis cartas.
No paro de recibir
postales de
tus párpados atravesando
los míos
en un filo traicionero.
Y no me gusta imaginarte
y que me falle la memoria
llenándote de defectos.
Soy débil,
pero contigo nunca lo fui.
O eso creo.
Me echo de menos,
pero te necesito más.
Escríbeme si me lees
hasta atragantarte 
de mentiras.
Y sólo cuando te ahogues,
sólo entonces,
respira.

martes, 9 de septiembre de 2014

Y ante
      todo
siempre
bajo,
cabe, con
en      contra
de
    ti
desde nunca 
para
por
    qué
sin, sobre
todos

         tú.

viernes, 29 de agosto de 2014

Hoy es la noche de mirarme a mí misma sin nadie. El tiempo imperdonable sigue golpeando cada campanada. ¡No me queda nada! Y empiezo a pensar que jamás la tuve.

[Este es el trozo de papel en el que me pongo tan sincera que ya no sé qué decir. El reino de los poetas necesita una excusa permanente para ser infeliz.]

Se puede vivir sola, aunque te traiciones merodeando tus ecos. Pero se puede, sólo hay que reciclar el miedo. Esta soledad que sientes no es más que el silencio de un corazón hambriento. Todo se cura, no te preocupes, y lo grito desde la enfermedad más profunda.

Y si te ahogas de tanto respirar hormigón... el lápiz nunca te dejará sola, y cada verso dará un punto a tu corazón. No dejes crecer demasiado el ego, o quitará espacio al dolor. Y vivirás en la paradoja eterna de la felicidad y el escritor. Cuando hay letras, ¿quién necesita calor? Cuantas más puñaladas, más precisos serán los ritmos de mis madrugadas. 

¿Locura? Tal vez, pero vivir al borde de la cordura fue lo peor que me pudo retar. Y me lancé de espaldas a mi pasado, por demasiado miedo a terminar. Ahora en un oído suena el Réquiem de Mozart, y por el otro medio, una guitarra en pleno asedio. 

Apocalíptico de principio a fin, pero sola y sin nadie, que es lo que quería oír. No es cuestión de orgullo ni apuntar tantos a mi favor. Es cuestión de curar un corazón al que un rasguño más supondría su total aniquilación.

Y con ella la nada, la nada y sólo yo.

Por todo eso escribo. Porque escribir es mi pasión.

Y tú, ¿por qué no escribes? ¿Acaso ya tienes quien te salve la razón? 

jueves, 14 de agosto de 2014

Hoy quiero una casa
con hipoteca
o sin ella
sólo quiero que alguien
me abra la puerta
y que tenga chimenea
con una manta al lado
donde pueda juntar
mis miedos
para luego quemarlos.

Quiero una casa
que me quiera en sus ventanas;
en el alféizar de sus miradas
y que me perdone 
a pesar de agujerear 
el tejado.

Quiero una casa
donde poder dejar descansar
mi escudo eterno
mis gafas de sol
mis trajes de color negro
y mis habitaciones
sin puertas
demasiado llenas
de eco.

Quiero destruir
todo esto,
empezar de nuevo
pero nunca de cero
y dormir bajo el aliento
de que al día siguiente
no me esperan
las bofetadas del viento
sobre las suelas
de mis sandalias.

Pero ya llevo tanto buscándote
que se me ha hecho
enero.
La chimenea la haré 
a base de trozos
de hielo derretido
y el fuego con golpes
de verso.

Al final 
hay que cuidarnos
a nosotros mismos
y seguir soñando
con que las nubes algún día
tendrán forma de tejado,
que dejarán atrás
su pasado mojado
y que se inventarán
que son del color
del sol.

Esta es la única realidad.
Al final del día,
al principio
y en cualquier momento
de necesidad
sólo te tienes a ti mismo
y con eso te tiene que bastar.

miércoles, 13 de agosto de 2014

No quiero más tópicos
sobre nuestra mesa
ni sobre tu espalda.

No quiero frases hechas,
ni películas románticas
ni desayunos en la cama
ni madrugadas eternas.

¡No quiero flores!
No quiero nada que ya
haya sido inventado
ni vivido en otros ojos.
Quiero que inventemos
hasta los besos,
que si no quieres
no nos demos la mano
y si no te apetece
que no nos digamos "te quiero"
ni hagamos planes de futuro.
No quiero escapadas 
a cualquier parte
que nos hagan olvidar
todos los problemas.

Yo sólo te quiero a ti
con nuestras rarezas
peculiaridades
diferencias
y diferentes
temas de conversación
que ni sabía que existían
compartir un cigarrillo
como forma de beso especial
y como beso de verdad
uno en la punta de la nariz
o pasar mis manos por tu pelo
mientras esperas con paciencia
la eternidad de un reloj sin agujas.

Yo no quiero nada,
pero esa nada es contigo.

martes, 5 de agosto de 2014

Todo lo que quiero
es todo lo que se
ha ido.
Un, 
dos,
tres y siete
mil veces
me he repetido
"¡no me quieres!"
y más veces aún
me he recostado 
en tu pecho
y he escuchado tu corazón
decirme "te quiero".
y tus labios
y tus ojos
y tus manos
y tu todo...
ocho, 
nueve, 
catorce veces y media
te has ido cerrándome
la puerta en la cara
cortándome las manos
y arrancándome
las salidas. 
Quince.
Quince veces quiero 
que vuelvas.
Y que las quince
valgan la pena
sin hacerme llorar.
Vuelve. 

miércoles, 9 de julio de 2014

Los demás pueden ir
y venir 
porque no tengo horarios
pero a mí siempre 
se me hace tarde
siempre
me encuentro puertas cerradas
siempre veo
mi garaje iluminado
hasta deslumbrarme
y perderme en lo blanco
de la nada. 
Cuando por fin
consigo volver a cerrar los ojos
y consigo volver a asomarme
a mi ventana
sólo veo mi pasado 
merodeando mi portal
y tú sigues sin estar. 
Cada vez es más seguro
que el arcoiris
es el mundo que me invento
para evitar caer de bruces
con mis recuerdos
apuñalados
en el fondo de 
mis pisadas. 
Y tú sigues sin estar.
¡Hoy he soñado contigo!
Te había crecido el pelo
y la sonrisa no te había cambiado
y el mundo se me caía encima
cada vez que te notaba mirarme
cada vez que te sentía cerca
cada vez que parecía real
cada vez que parecía 
que no te eché de mi lado
(o más bien de mi interior)
daba gracias a la vida
por haberme llevado hasta ti.
Y de pronto te evaporaste;
de pronto me reclamó 
el mundo real
mi ventana peligrosa
el ruido de cucharillas
y me di cuenta de que 
nuestra oportunidad
ya ha pasado.
Me veo otra vez asomada 
a mi ático,
viéndonos pasear
sin darnos cuenta
de que nos estaba mirando
silenciosamente,
de que nos miraría así
algún día.
Me veo otra vez rogando
a mi subconsciente
que te traiga 
de vuelta,
me veo otra vez
paralizada por haber perdido
mi casa.
Y yo sigo sin dejarte volver.
Y tú sigues sin estar.

domingo, 29 de junio de 2014

No busco redención
en la poesía.
No busco victorias
ante mi derrota
a manos del
mundo material.

Busco a alguien.

Han pasado los meses
como losas encuadernadas
y los segundos
se han menospreciado
hasta el punto de no darles
nombre.

(Ni mis versos confían ya
en la justicia poética)

he pasado yo
por delante mío.
No escuché mi alarma;
me sorprendió de espaldas
escuchando otras
estaciones
marchitarse.

Cada uno debe aprender
a bailar en silencio.

Me he mirado 
por fin
y la verdad es que
visto de gala
hasta con los botones
secos.

Sé apañármelas
a través de playas
sin mareas
y metro desierto.

Hoy me tiendo la mano
a mí misma
--no quiero volver a 
perderme mis
desfiles de invierno--

Hoy abandono el asfalto
le dejo llorar su alquitrán
y firmo mi armisticio.

Hoy vuelvo a casa, 
hoy huyo conmigo.

miércoles, 18 de junio de 2014

Soledad. 
Querida amiga. 
Hacía mucho 
que no te veía;
mucho que no escuchaba
tus silbidos entre árboles
y mucho más que no
nacías en mí.

¿Cómo estas? 
Te echaba más de menos 
de lo que pude imaginar.
Ninguno de mis poemas iba
para los demás;
eran todos para ti.
Y yo me acabo de enterar.

Hola, compañera.
Pensaba que me llenarías
de melancolía 
y en realidad sólo me desconchas
la pintura de las paredes.
Y ni siquiera eso es un problema.
Sé pintar.

¿Sabes leer?
Me gusta tu niebla. 
Nadie sabe apreciarla
y yo tampoco supe 
en su debido momento.

Pero de tanto construir puentes
entre islas inexistentes 
que prometían salvación
he aprendido que la caída libre
sin fondo
no es mal sitio
para jugar a las cartas.

Soledad, qué bien sienta
volver a casa.
Prometo no volver a dejarte.
Abrázame fuerte y envuélveme
en tu hielo. 

Soledad, te quiero.

jueves, 5 de junio de 2014

¡Hola,
buenos días!
Son las dos de la mañana.
De la mañana
de tu piel ausente
entre tanta ceniza,

que se dibuja como
un paisaje único
de relojes en vela
contando hacia atrás
para olvidar mis lunares.

Una vez sola
(sin ti y con todos)
me pierdo yo,
en unos continentes tan lejanos
que ni siquiera sé si existen
mientras tu áspera mano
se agarra a estos poemas
hasta ahogarlos en sus propias
letras.

Y por cada palabra ahogada
nos veo menos singular
y más plural,
menos yo
y tú cada vez más



lejos



de volver.

¿Cómo se vuelve sin sitio?
Ya sin ojos vidriosos
o atrapados en el tiempo
de sus fechas cosidas
entre intentos y viento.

Ya no quedan ni dos
ni mañana,
sólo hiedra creciendo
por nuestro muro
y meses cargados
con recuerdos a ametrallar.

Ya sólo quedamos tú
y yo.

 
Y ahora,
¿qué nos frena?

 
Al despertar con el sol
renegaré de este poema
--¿quién recita tanta blasfemia?
me conozco derrotada—
por tanta verdad escrita
en la epidemia de las dos
de la mañana.

viernes, 2 de mayo de 2014


Todo volverá a ser lo mismo.

Los lunes serán lunes
de paseos de libro;

los martes por la tarde 
no se acabarán nunca
y los grabaremos
en tu azotea.

Nos marearemos de tantas
estrellas por contar
y de tanto hacerlo se caerán
una a una
hasta llegar a tus ojos
que me hacen débil por la noche
y me flaquean las piernas
a cada hora 
(o eso entendemos del reloj).

Mientras tanto grito que no,
que no esta vez,
como todas las anteriores,
que no te voy a querer, 
que no me voy a dejar
y cada palabra

cae
como un golpe de manual
en la mesilla de noche

mientras yo me resbalo
por la curva de tu cuello
con más fuerza 
que nunca.

Y gotea.
Gotean el resto de amaneceres,
los miércoles sin periódico,
los jueves que llegan 
sin cerillas
y todos los demás días
que he olvidado
de tanto
repetirte.

sábado, 22 de marzo de 2014

A veces la vida se reduce
a un golpe de suerte
a un verso bien colocado,
a un beso mal dado
(o en la mejilla,
que es lo mismo)
a estar en el lugar correcto
en el momento equivocado;
mirar las horas en el calendario
y los días en el minutero.

A veces la vida se escapa
de lo que entendemos.
¿Dónde vas,
dónde está mi casa?
¿Dónde te escondes,
dónde está la mañana?

No.
Nada se entiende
ni se reduce;
nada desaparece,
sólo resurge.

A veces la vida se difumina.
Cambia de formas
y se funde en otras.

A veces la vida no ilumina.

Pero a lo mejor la noche
huele a aire;
a lo mejor la tiza se limpia;
a lo mejor se escurre 
una gota de tinta
y la pluma se pudre.

A lo mejor el golpe de suerte
resulta ser tan malo
que te hace sonreír
y pone punto y aparte
a golpe de felicidad
a cualquier tipo de arte.

Pero al final, 
le coges cariño.
Al final,
la lluvia es preciosa;
querer,
ponerse un dueño;
depender,
un desgaste continuo;
la poesía, necesaria
y la verdad,
despertar de un sueño

martes, 4 de marzo de 2014

Una vez me llamaron poeta 
y de la carcajada que solté
se me cayeron todas las letras.

¿Poeta?
¿Yo, poeta?
A mí me divierte controlar al lector
hacerle leer cantando
con líneas tan largas que se da la vuelta bostezando
o líneas
tan cortas
que te van
motorizando. 
Los versos muy largos sirven para rellenar;
si se te hacen muy costosos
siempre los puedes
cortar
a mitad.

¿La rima?
¿Para qué pensar?
Como caen las palabras
es como las sientes llegar
cuanto mayor la métrica
más lo deshumanizarás
(una palabra demasiado 
larga;
no te trabes,
si lo haces, dale tu toque personal).

Ningún poeta se llama 
a sí mismo así,
es arrogante
e imprudente.
El día en que lo hace
se ha perdido para siempre. 

Ningún poeta es poeta.

A lo mejor es abogado,
disfrazando de códigos civiles
sus letras;

a lo mejor es médico 
y le aburre la exactitud 
de la ciencia

o a lo mejor es poeta
y al decirlo
se avergüenza.



(Por fin se terminó mi carcajada).
Las palabras que saltaron
se quedaron aquí agarradas.
Les he pedido que se vayan,
pero las han llamado poema
y claro, están emocionadas.
Así que perdonadme las molestias
del caos reinante
en este "poema" 
(o lo que quiera que sea 
esto, espero que no me oigan
las letras),
pero en un reino de palabras
coloreado en impresiones
el pueblo a confundir
son los insulsos lectores.

viernes, 28 de febrero de 2014

No te haces a la idea de lo difícil que es perderte. 
No estás acostumbrado a levantarte a tu lado;
no te fijas en ti, te fijas en las demás.
No te haces a la idea de lo difícil que es dejar de verte.
o dejar de buscarte.
O esconderme 
y dejar de encontrarte.
No te haces a la idea de lo difícil que es seguirte.
Mantenerse de pie a tu lado.
Al otro lado del escenario,
o en el fondo
de cualquiera
de tus cajones.
No te haces a la idea de lo difícil que es escribir.
Conseguir que cada palabra pegue.
Que el lector 
te lea con las pausas que pides
y el sentimiento
que regalas.
Pero conseguiste que te perdiera;
conseguiste que dejara de verte,
y conseguiste que escribiera.
Con todo esto,
solo podía esperar
que tu defecto
fuera ser imposible.

miércoles, 22 de enero de 2014

Sometimes life drifts you away from some people, no matter how hard you try to hold on to them. Life has its reasons. But sometimes you can beat them...
I'm writing in English. Again. You bumped into my head. Once more. It was weird. It still is. We both are. We. What were we? I don't know. No name, no definition under it, lots of things in it. Lots of silent feelings in my noisy world.
There's no way to make this work. Its okay. I know. We both understand. Letting go is the best thing to do. The good has already been done. Memories will stay. No pain in them. Better this way. 
Remember our goodbye? So silent. We couldn't speak. What now? What then... we never were able to say that word, that goodbye.
You fixed me. Well, no. You made me feel like I was fixed. Long walks by the Seine. Fresh air, you know. As soon as you dissappeared I knew I was still broken. All of my demons, each of one you had carefully hidden, came out, all at once.
There's no one in between us. There is just the world. World hits you hard sometimes. And the worst thing is you can never punch or fight it back.
I still think of him, though. Maybe 'cause we didn't have time to fall in love. Maybe I could be crying over you instead of him.
We did the right thing. The right choices, every time. We tried until it became too dangerous.
Fear tore us apart. Rational fear. I know how it feels to get your heart broken. It's an unbearable pain. Theres no way to understand it until you live it. Not even through reading, music, films... not even through writing. I'm afraid of love too. And at the same time, it's the only way to save me.
I believe something led us together. I was down. Deep down. You taught me to breathe. I sometimes wonder if you really realized how all of that happened. How my smile became true.
I don't know how to finish. Maybe cause  lots of things havent ended up yet. Maybe cause theres still some hope. Some hope for me to be saved. To be saved by you.

miércoles, 15 de enero de 2014

Dicen que las apariencias engañan;
no se dan cuenta de que lo que
engaña de verdad son las palabras.
Érase una amiga de mentira,
érase una careta de cartulina.
Y decorando su frente,
con letras grandes, "ESCRITORA".
A todos nos gustaría ser algo diferente,
a ti tanto que te haces la impostora.
(Se engaña hasta con la autoría de las palabras)
Los que sabemos escribir, escribimos;
los que no, agradecen lo exhibido.
Copia y pega,
nueva autora,
adiós muy buenas.
No sabía que teníamos un Bécquer entre nosotros;
¡aplaudámoslo, cara bonita para palabras mejores!
Nunca escribiré desde la sombra;
y así, frente a tus mentiras,
reclamo con mucha honra
mi humilde autoría.

domingo, 12 de enero de 2014

Estoy tan sola que tengo eco.
Todas las noches me entran náuseas;
No sé si soy yo intentando vomitarte,
O vomitarme.
Tengo una parte tan oscura que hasta la luz la esquiva.
Es todo líquido, ceniza, antiguo.
A veces golpea las paredes tan fuerte que me duele cada puñetazo.
Intenta escapar pero solo existe dentro de mi...
Lo de fuera no lo va a cambiar.
Los surcos de las lágrimas escuecen,
Son como cortes silenciosos
Limpios.
Es irónico que sean tan limpias cuando solo sacan tus demonios.
Siempre estamos tristes.
Aunque nos engañemos
Y nos coloquemos cada mañana una sonrisa
Para el público
Y la ponemos tanto que a veces casi, casi llegamos a creérnosla
Pero pobre de ella
Cuando ve cada noche cómo las estrellas
Sacan cada puñalada,
Cada herida de bala.
Todo en silencio, nunca se oye nada.
Existen cosas tan horribles de contar
Que prefieres escribirlas
Porque así al menos las puedes disfrazar
Y así se queda el silencio
Cada uno con su historia que contar.