domingo, 29 de marzo de 2015

Me dicen me cuentan y me juran
que te fuiste como un campeón
que jamás emitiste ni una sola queja
y que sonreías de oreja a oreja.

Hoy son las buenas noches
del hombre que nos coloreaba las comidas navideñas.
Del ejemplo de toda la casa,
del timón dirigente,
de los paseos por la mañana
y la compra los miércoles.

Estés donde estés, estás aquí.
Sigue sonando el repiqueteo de tu bastón
tartamudeando por su llegada repentina.
Siguen incrustadas en las paredes
todas tus sonrisas,
nuestras,
velándote en cada esquina.

El cielo estaba gris el día de tu partida.

La ruleta del destino ha querido arrancarte la vida.
Has luchado como un valiente
a diestro y siniestro.
Y has ganado, te lo prometo.

Hoy son las buenas noches de una familia entera,
de un mundo creado por ti
que ha perdido su vela.

Aquí abajo seguimos esperándote para cenar.
No te apagas y no tienes fin.
Aún nos quedan muchas cosas por contar.
Buenas noches para ti, Juan.

jueves, 19 de marzo de 2015

Este poema no tiene título.
Hoy he soñado contigo
otra vez.
Me corroen los sueños
de color miel
que se deslizan con miedo
arrastrando mi piel
y descubriendo que no te tengo.
Eres todo lo que te di.
Y yo, todo lo que me pierdo.
Hoy he contado siete veces hasta veinte
y me he trabado en cada punto y coma.
Ya no tengo ni ganas de quererte.
Y no me has dejado sola.
La última vez que te escupí
supe que sería la antepenúltima.
Tienes que dejar de trepar
por mis asperezas,
por mis caras malas,
por mis noches en vela.
Tus ojos me cortan las alas.
Nunca quise nada.
Y las horas se resbalan 
por la espalda de tus puñales
nunca quise carnavales
nunca te pedí que me mirases.
La última vez que te quise
supe que sería la primera.
Hoy he soñado contigo,
y esta vez olías a primavera.
Me arranqué los ojos
y dejé que las alas se me cosieran.
Que me arranques tu puñal.
Que te destapes de furia.
Que me vuelvas de cristal.
Has contado veinte veces hasta siete.
Y al final, ya no estás.


lunes, 16 de marzo de 2015

Cállate, 
déjame gritar.
No puedo menos.
Siempre me empujas
hasta el borde de la calamidad.
Me voy a caer de tanto andar de puntillas
por la orilla de mi tempestad.
Me estoy ahogando 
en tu vaso de agua.
Y nadie me va a rescatar.
Ni siquiera te dignas a volver a existir.
Me has esfumado.
Y respirado en un sinvivir.
Apuntad en mis esquinas
los días que lleváis sin llorar.
Sois todos de mentira.
Me descoséis los dedos de mi coraza.
Arrancadme las historias 
de la punta de mi calma.
Respira hondo,
que me ahogas.
Estoy a punto de morirme de rabia.
Sálvate que puedes.
Olvídame el martes 
y maquíllate las sombras
pero déjame tus jueves
y condéname las horas.
Se marchitan mis sueños de vidrio
desde que me devoraste y
cortaste 

no

fui yo
lo siento
no es culpa tuya
yo me devoro a veces
me termino de estrellar sola
y me grito sin suerte.
Quien inventó el mundo de los artistas
añadió por detrás la palabra mentira.
Hola, buenos días,
¿qué te parece hoy mi sonrisa?