viernes, 29 de mayo de 2015

Esta va a ser la mayor mierda que he escrito en mi vida.
Pero es que se me agolpan las palabras
en la parte de atrás de mi garganta. Y las escupo o me escupen.
Impotencia, 
dolor, 
desamparo,
¿amor?
desolación,
siete mantras para pedirme perdón.
Voy querer tanto 
que no voy a querer a nadie.
Estoy hecha cadáver
y he regalado toda mi sangre
para acabar

sola.

Mi propia tinta me devora
en mis intentos de huir de mi razón.
Que me dividan en mil partes
si eso va a hacer desaparecer
mi yo.
Querer, querer,
dar, dar,
vaciar, vaciar,
para darme la vuelta y caerme hacia atrás.
Fréname los pies,
que me he vuelto a equivocar.
Mis desfiladeros se asoman a mi mirada
y amenazan con un infierno sin acabar.
Que no sé salvar, 
que no te sé responder,
que no sé esperar,
que no sé coser.
Pero por muchas pedradas que me caigan,
de aquí no me vais a mover.
Soy la cuerda entre la cordura
y la locura;
soy la máxima expresión
de una luna sin miel.
Soy la última que se salva,
y si os caéis, me voy a caer.

Dejadme querer,
dejad de escocer.

Hoy es viernes
y me toca perder.