martes, 24 de julio de 2018

Hoy te dejo la maldición de los arrepentidos
la gangrena del rencor
la frustración
de que ahora sabes lo que has perdido
el dolor de tu pecho hundido
que llega seis meses tarde
y en forma de gritos.
El orgullo que te ciega sin siquiera
haberme
visto.
El insulto tras insulto.
El respeto perdido.
Hoy te dejo con el bucle del qué podría haber sido.
Y yo te digo: nada.
Nada por tus caprichos,
tus vaivenes,
tus pocas ganas de cuidarme,
tu voz automática al decir que me quieres,
hoy te explico elegantemente
que ya basta de tonterías,
que cierres este frente,
que sigo con mi vida,
que dejes al pasado quedarse donde está
hoy te dejo todo esto, querida mía,
y tú me dejas en paz.