miércoles, 9 de julio de 2014

Los demás pueden ir
y venir 
porque no tengo horarios
pero a mí siempre 
se me hace tarde
siempre
me encuentro puertas cerradas
siempre veo
mi garaje iluminado
hasta deslumbrarme
y perderme en lo blanco
de la nada. 
Cuando por fin
consigo volver a cerrar los ojos
y consigo volver a asomarme
a mi ventana
sólo veo mi pasado 
merodeando mi portal
y tú sigues sin estar. 
Cada vez es más seguro
que el arcoiris
es el mundo que me invento
para evitar caer de bruces
con mis recuerdos
apuñalados
en el fondo de 
mis pisadas. 
Y tú sigues sin estar.
¡Hoy he soñado contigo!
Te había crecido el pelo
y la sonrisa no te había cambiado
y el mundo se me caía encima
cada vez que te notaba mirarme
cada vez que te sentía cerca
cada vez que parecía real
cada vez que parecía 
que no te eché de mi lado
(o más bien de mi interior)
daba gracias a la vida
por haberme llevado hasta ti.
Y de pronto te evaporaste;
de pronto me reclamó 
el mundo real
mi ventana peligrosa
el ruido de cucharillas
y me di cuenta de que 
nuestra oportunidad
ya ha pasado.
Me veo otra vez asomada 
a mi ático,
viéndonos pasear
sin darnos cuenta
de que nos estaba mirando
silenciosamente,
de que nos miraría así
algún día.
Me veo otra vez rogando
a mi subconsciente
que te traiga 
de vuelta,
me veo otra vez
paralizada por haber perdido
mi casa.
Y yo sigo sin dejarte volver.
Y tú sigues sin estar.